Hasta aquí puedo escribir...
"Mientras su boca ascendía, sus manos masajearon la carne húmeda e hinchada de su sexo, pronto los suspiros se convirtieron en respiraciones entrecortadas y jadeos, y Diego ahondó más con sus caricias.
Una vez que cada parte de ella estuvo sensible y enrojecida por sus deliciosas atenciones, se colocó de rodillas a los pies de la cama y lamió con avidez la delicada piel que sus dedos habían estado torturando minutos antes"
3 comments
Muy, muy bueno Olga, me he quedado con los dientes largos.
ResponderEliminarBueno bueno, Olga. Se queda una con ganas de leer más ;)
ResponderEliminarComo me gustan estos regalos!!
ResponderEliminarTe he dicho que quiero más...??
Besos!!
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